Deuteronomio 34, 1-12. La imposición de las manos es un signo de la Alianza, que expresa la transmisión del Espíritu Santo para servir y liderar el futuro del Pueblo.
fuentes
Catecismo de la Iglesia Católica 1150, 1288,1538, 1556-1557, 1573.
Deuteronomio 34, 1-12. La imposición de las manos es un signo de la Alianza, que expresa la transmisión del Espíritu Santo para servir y liderar el futuro del Pueblo.
Catecismo de la Iglesia Católica 1150, 1288,1538, 1556-1557, 1573.
Deuteronomio 31, 1-8. Los jóvenes que son audaces y valientes para asumir su proceso de madurez en la fe son el futuro para la humanidad.
Deuteronomio 10, 12-22. Dios impone sus mandamientos, su voluntad, como una corona o una medalla que protege y dignifica espiritualmente nuestra vida humana.
Deuteronomio 4, 32-40. El mundo sigue desconociendo y rechazando el poder espiritual de Dios: un amor sacrificado, generoso e incondicional, que da vida y construye.
Números 20, 1-13. En la fuente de Meribá se manifestó la debilidad del pueblo, la debilidad de Moisés como líder, y la tremenda compasión de Dios que comprende y perdona nuestras flaquezas.
Números 13, 1-2. 25-14, 1. 26-29. 34-35. La tierra prometida es la tierra de la conquista, de la respuesta a la gracia, donde se supera la mentalidad inmadura de esclavo, para abrazar un estilo de vida libre.
Diccionario de la Real Academia Española.
Números 11, 4-15. Es un error pensar que el gobierno o Dios son los únicos responsables de nuestro bienestar. Con el Espíritu de Cristo, podemos multiplicar los recursos escasos, para manifestar la Gloria de Dios.
Éxodo 40, 16-21. 34-38. El primer Santuario representaba que Dios habita CON la humanidad y peregrina con ella. En Cristo se revela que Dios quiere morar EN nosotros.
Catecismo de la Iglesia Católica n. 2130
Éxodo 34, 29-35. Moisés alcanzó la cima espiritual de la mística, pasando por un proceso de purificación, necesario para evitar confundir su temperamento furioso con la voluntad de Dios.
Catecismo de la Iglesia Católica nn. 2576-2577.
Éxodo, 33, 7-11; 34, 5-9. 28. Perdón no equivale a IMPUNIDAD, pues aunque Dios haya perdonado nuestro pecado, necesitamos resolver el desorden provocado por nuestra maldad.
Catecismo de la Iglesia Católica nn. 1472-1473.